jueves, 7 de abril de 2016

'Siempre hemos vivido en el castillo' de Shirley Jackson y 'La chaise-longue victoriana' de Marghanita Laski

Leí estos dos libros con muy poco tiempo de diferencia y cuando los acabé pensé que, salvando las distancias de argumento y personajes, tienen un punto en común que ha hecho que ambos me hayan encantado. Las dos historias en ese miedo que no va de sustos sino que se trata de crear un ambiente que provoca desasosiego, el que sabes que algo no va bien aunque no puedas decir el qué, que más que lo que se ve, lo importante es lo que se intuye y que te dan esa sensación uysss mal rollito, al mismo tiempo que te atrapan por completo. 

'La chaise-longe victoriana' conocemos a Melanie, la protagonista, una joven que se recupera de una larga convalecencia tras a dar a luz. Por primera vez en todo ese tiempo puede levantarse de la cama y reposar en una, en apariencia, inocente chaise-longe. Cuando despierte no lo hará en su casa sino en otro lugar del pasado mucho más extraño y siniestro.

Como veis el punto de partida ya deja desconcertado y el relato lo hace aún más. La autora logra crear una atmósfera muy agobiante por la indefensión que la enfermedad produce en Melanie: sola, sin poder escapar o hacer algo mínimamente activo para solucionar su inexplicable situación y rodeada de unos inquietantes personajes...

Felix Vallotton
"Un voz que no se dejaba conquistar por fuerzas superiores, la voz de la pesadilla que nos inmoviliza los miembros en una terrible parálisis mientras el peligro acecha, hasta que por fin se abalanza sobre nosotros"

Así son quienes la acompañan. Un grupo lleno de secretos, de intenciones ocultas... La forma en que está narrada esta historia hace que sientas la misma confusión que Melanie. Nosotros no tenemos más información, ni ninguna pista que nos explique qué está pasando. Al contrario cada descripción, cada diálogo, nos envuelve aún más en el misterio de cómo Melanie ha llegado hasta ahí, pero sobre todo la acompañamos en miedo que va en aumento hasta que... ¡aquí me paro! Pero os puedo asegurar que el desenlace está a la altura de una trama que sabe jugar con nosotros y que nos entre el tembleque.

El otro libro que os recomiendo muchísimo es 'Siempre hemos vivido en el castillo'. Merricat vive con su hermana y su tío, no tienen ningún pariente más y no son muy queridas por sus vecinos. Solamente se sienten libres y seguras en la mansión familiar, cuando la verja de entrada se cierra y se quedan ellos tres contra el resto del mundo.

Cuando comencé a leer este libro tenía otra idea en la cabeza de cómo iba a desarrollarse la historia, pero la idea que propone la autora me ha sorprendido para muy bien. Uno de los puntos fuertes de la trama es, sin duda, el punto de vista del narrador. Es Merricat en primera persona quien nos introduce en su vida. Ella tiene 18 años pero su manera de contar las cosas es muy infantil, lo que hace que por un lado te dé más ternura y al mismo tiempo más desazón. Como esas películas de miedo en las que hay un niño y la inocencia que se les presupone acentúa esa sensación.

James Carroll Beckwith
En esta trama, lo importante no es lo que ha pasado, lo que se nos cuenta sino es lo que nosotros nos imaginamos a partir del relato, el verdadero significado de los hechos y la dimensión y todo lo que implica lo que verdaderamente ha ocurrido. Y es que cuando esa verja se cierra, como lectores tenemos el privilegio de entrar en un ambiente totalmente vetado para el resto. Así podemos conocer la especial relación entre las hermanas, los "trucos" de Merricat para mantenerse a salvo, a los intrusos que osan irrumpir en ese mundo paralelo que han conseguido crear... Detalles que hacen, como os decía, que nuestra imaginación vuele mucho más allá de lo que estamos leyendo.

Poco a poco nos va llevando a un desenlace que en cierto modo me ha recordado a un cuento o quizás toda la trama lo sea, o incluso el punto de partida de otra historia recordando lo que sucedió en el pasado en una mansión con unas hermanas y cómo las consideraba su pueblo.  

Así que si os gusta el miedo que no necesita de sustos sino que juega con nuestra mente, con dos narradoras que saben envolver la historia en un ambiente que te atrapa y que además te ofrecen unas tramas para nada convencionales... ¡no dejéis escapar estos dos libros! Son muy cortos pero tienen cantidad de matices muy, muy interesantes.