Fred Neville es un joven y guapo oficial inglés que de manera inesperada se convierte en heredero de un título nobiliario que va a acompañado de una considerable fortuna. De este modo, su obligación es que haga un matrimonio acorde a su importante posición social, pero Fred ya ha puesto los ojos en una joven irlandesa, católica, con escasos recursos... en definitiva, muy alejada de lo que su distinguida considera lo correcto.
¡Argumento de los buenos! Y es que estando detrás de la idea Anthony Trollope no podía ser de otra manera. No en vano era un autor que conocía muy bien lo que le gustaba a los lectores, fue muy leído y bien considerado en su época, y sobre todo que sabía desarrollar las tramas para que resultaran entretenidas, sin descuidar a los personajes. Valoro mucho como sabe darle a cada su propia personalidad y sus matices para que piensen y actúen como personas de carne y hueso y no simples estereotipos.
Y lo hace partiendo, como en este caso, de historias típicas, podríamos decir. Un amor desigual que debe vencer los obstáculos que se presentan a dos enamorados que pertenecen a distintas clase social. Pero Trollope le da otra vueltina ya no solo por los giros que tiene preparados y que sorprenden, al menos conmigo lo consiguió; sino porque los caracteres de quienes intervienen en la trama son interesantes.
Emile Claus |
En cambio da protagonismo a Fred Neville y en ese sentido me encanta la evolución del personaje y como el autor nos mete en su mente para que veamos sus elucubraciones para conseguir todo lo que desea, un no pero sí pero tal vez y vuelta a empezar... en toda regla, con esas justificaciones de autoengaño que están en todos los manuales humanos.
Y junto a él tenemos a la madre de su enamorada, una mujer con mucha, mucha fuerza; el padre Marty, de algún modo protector de la familia; su tía, defensora de su linaje...
Todos tiran de la cuerda hacia un lado y otro, con diversas motivaciones y nos muestran cuán distintos pueden ser los puntos de vista ante una misma situación. Las conversaciones que Fred tiene con cada uno dejan muy claro qué podemos esperar de todos ellos y cuáles son sus verdaderas intenciones.
Charles Courtney Curran |
No tanto esta vez como por ejemplo en 'El amor de un hombre de cincuenta años'. Pero que este detalle no os haga descartarlo porque eso no significa que sea pesado de leer, ni mucho menos. Es un narrador excelente, con buenos argumentos y que sabe definir muy bien a sus personajes.
Por estas cosas que a veces nos pasan a los lectores, he leído varios libros suyos (¡repetir es buena señal!) pero aún no he tenido ocasión de ponerme con el que consideran su gran obra, 'Las torres de Barchester'. Pero Trollope siempre me deja tan buenas sensaciones que no tardará en llegar el momento.