Estas últimas semanas he estado muy bien acompañada por dos estupendos libros de la editorial dÈpoca. 'La señorita Mackenzie' fue una lectura del Club Pickwick y 'Valancy Stirling' cayó por fin en mis manos tras el vil secuestro de mi madre y mi cuñada :-D
Cuando terminé de leerlos caí en la cuenta de que si bien soy muy distintos en cuanto al estilo y el desarrollo de la historia, las protagonistas tienen algo en común. Ambas deben lidiar con la presión, y el agobio, familiar, las han declarado además, con todo lo que conllevaba, solteronas impenitentes y de igual modo les va a tocar hacer frente a un cambio inesperado de circunstancias y de vida.
Margaret Mackenzie ha estado toda su vida cuidando de los demás, pero, cuando su hermano le lega una considerable fortuna, ve ante sí la posibilidad de tomar por primera vez las riendas de su vida. Y para su sorpresa la herencia traerá consigo también la llegada de varios pretendientes, ¿serán buenas sus intenciones?
Cuando comentamos este libro en la quedada del club, coincidimos en que Trollope tiene una maestría increíble para mostrar la psicología de los personajes y sobre todo, siendo él hombre, la de la protagonista. Sus temores, anhelos, indecisiones, inseguridades... están tan bien descritos y son sentimientos tan reales. Para mí especialmente hay un momento, al que acompaña justo esta ilustración de la izquierda, que en este sentido es inmejorable.
Acercarnos a la vida de Margaret nos vas a permitir conocer a gente muy dispar y muy bien retratada. Por ejemplo sus pretendientes, absolutamente diferentes entre sí y con algunas características que están descritas con tanta sorna que te hacen reír de verdad; la buena, y porqué no decirlo bastante aburrida, sociedad de Littlebath; su interesada familia...
Todos ellos le van a servir al autor para adentrarnos en la sociedad victoriana, en sus preocupaciones, en su férrea diferencia de clases, la situación de la mujer.
Siempre con un toque de crítica social, de ironía y narrando de un modo muy interesante lo cotidiano. Eso hace que haya momentos en los que la acción pueda parecer más pausada porque el autor se toma su tiempo para explicarnos según que situaciones, pero que no decaiga porque la trama tiene mucho que ofrecer, incluidos algún que otro giro inesperado que hay que descubrir. Trollope es siempre, siempre una buena opción y esta historia merece la pena.
Y sin pausa nos vamos con Valancy, otra mujer que coge el toro por los cuernos y se atreve a vivir como siente que debe hacerlo. En esta caso, nuestra heroína debe soportar el trato de su madre, siempre crítico y controlador y muy lejos del cariño que se le supondría y por si eso fuera poco, acompañado de los desprecios del resto de su familia. Pero de pronto, algo le sucede que le hará replantearse su presente y su futuro y decidir si quiere seguir siendo tan infeliz.
¡Cómo engancha este libro! Llevaba una temporada un poco vagoneta y necesitaba una historia que me pusiese de nuevo las pilas y esta sin duda lo logró. La narración tiene mucho ritmo, siempre están pasando cosas y además es imposible no encariñarse con Valancy y desear que se libre de toda esa panda de pesados y que pueda hacer lo que realmente desea.
Es un libro para disfrutar leyendo para reírse cuando a Valancy se le suelta la lengua y viendo la indignación de su adusta familia, para enfadarte cuando la ridiculizan, para suspirar con la parte más romántica (en este aspecto yo no tengo remedio ainsss). Y tiene también su parte de enseñanza, no os desvelaré nada pero a Valancy le sucede algo que demuestra que muchas veces necesitamos que nos azucen, pero de verdad, para hacer lo que queremos y no dejarnos ir sin más por lo que se espera de nosotros o lo que es "adecuado".
Este libro es muy ameno porque lo que sucede a Valancy es muy entretenido para quienes lo leemos y al mismo tiempo te deja con una sensación estupenda de buen rollo, de que la esperanza nos es un sentimiento fallido sino que vale la pena luchar por mantenerla, que no hay que perderla porque a la gente buena, le pasan cosas buenas. Un historia muy optimista... ¡que nunca viene mal!
Y de esta edición tengo que destacar esas ilustraciones tan, tan bonitas que ha pintado mi querida Magrat en la blogosfera y Almudena Cardeñoso, offline, para que todos la conozcan y valoren el gran trabajo que ha hecho. Son unas ilustraciones preciosas que acompañan a esta historia de la mejor manera posible, haciendo que disfrutemos doblemente del libro. ¡Bravo, Almu!
Este libro se va derechito a mi década de los veinte (1926) del reto 'Leyendo el siglo XX'